
La explotación de recursos naturales deja una huella evidente en el paisaje y en la configuración del territorio; muchas veces estas prácticas aceleran procesos de degradación, y otras veces construyen nuevas realidades que desde su artificialidad, revierten una tendencia negativa. Los cultivos de viñas y el desarrollo de la industria del vino han experimentado una evolución acelerada en los últimos quince años en Chile: cambios que involucran la renovación de terrenos agrícolas, la construcción de nuevos espacios e infraestructuras que alberguen la industria y el desarrollo de sistemas de servicios, difusión y apoyo complementarios a la actividad vitivinícola. Este número de ARQ revisa cómo la empresa del vino a través de sus instalaciones agrícolas, bodegas y espacios comerciales, ha contribuido a delinear el perfil de los campos y ciudades en los valles chilenos de principios del nuevo siglo.
No hay comentarios:
Sea cortés, escriba claramente; No se salga del tema