
Convencidos de la necesidad de incorporar criterios de economía, y controlar la tendencia al consumo y a la explotación de recursos que parece regir nuestra cultura, esta vez reflexionamos en torno a la relación entre arquitectura y medio ambiente en las zonas más secas y calurosas de América. Al igual que para los asentamientos precolombinos y las oficinas salitreras, la realidad implacable de los desiertos de Perú, Chile y Arizona es el escenario de los proyectos que presentamos en esta edición. Determinados fuertemente por condiciones ambientales adversas, sin embargo han originado una arquitectura de sombras, espacios abiertos y jardines que hacen de la escasez del agua y la abundancia de sol una virtud.
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